domingo, 3 de abril de 2022

El dragón Felipe que se comió una cereza envenenada

Todo empieza una mañana espléndida cuando un dragón feroz paseaba por los montes de Peña Oroel, y se encontró con Fermín un granjero, normal y corriente. Pero Fermín se asustó porque creía que los dragones se habían extinguido. Fermín gritó para que alguien le ayudara y huyó asustado, corriendo por los montes de Peña Oroel, gritando  que alguien llame a la policía. 

Siguió corriendo hasta encontrar la comisaría, donde se encontró con un policía. Fermin le dijo que estaba siendo perseguido por un dragón. El policía respondió confuso que Fermín estaba loco, pero después de un rato escucharon al dragón rugir y se montaron en el coche. Luego fueron los dos a ver si estaba el dragón por los montes de Peña Oroel, pero no lo encontraron. Entonces se fueron a la granja de Fermín, a ver si allí estaba el dragón, pero no estaba.  Siguieron buscando por las praderas, pero el dragón se había escondido detrás de una roca para que no lo vieran y llevaran a la cárcel a Fermín por molestar al policía con una tontería. El policía se llevó a Fermín en el coche. Llegaron a comisaría y encerraron a Fermín por 2 meses. Y estuvo muy triste porque no le creyeron. Pasado un tiempo Fermín salió de comisaría y cuando llegó a su granja se encontró con el dragón y el dragón le dijo que él solo quería estar con alguien. Después de eso Fermín se quedó con el dragón y se disculpó.

Después de estar 3 meses juntos, trabajando en la granja, un día por la mañana Fermín le ofreció una cereza al dragón pero él no sabía que estaba envenenada y cuando el dragón se la comió quedó hecho cenizas.

EL OTRO FINAL.

Fermín se había ido de vacaciones y le había echado mucho de menos al dragón por dejarlo solo en la granja. Al día siguiente el dragón despertó a Fermín con un dragón en las manos, que eso significaba que el dragón era una dragona.  Y vivieron los tres juntos para siempre.